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“Bukele se fue el martes, pero en términos políticos, sigue en Costa Rica” afirma Chaves

Una visita oficial de dos días del presidente Nayib Bukele al presidente Rodrigo Chaves, en Costa Rica, agitó las aguas políticas de un país afectado por lluvias torrenciales que dejaron centenares de damnificados y severos daños en la infraestructura. 


El periodista del Semanario Universidad, Álvaro Murillo, corresponsal del diario El País, cubrió paso a paso el espaldarazo político de Bukele a Chaves, en los encuentros realizados en Casa Presidencial, el Teatro Nacional, y la cárcel La Reforma, de Alajuela, cuyas huellas, dice, aún no se pueden dimensionar.


“Bukele vino a reafirmar todo lo que Chaves ha dicho”, la diferencia es que se presentó como alguien que ya “probó la receta que funciona” para acabar con las maras y restablecer la seguridad ciudadana en su país, aún a costa de acabar con la institucionalidad democrática de El Salvador, explica Murillo. 


¿Qué implicaciones tendrá esta alianza política entre Nayib Bukele y Rodrigo Chaves, que además proponen crear una “Liga de Naciones”? En una entrevista en el programa Esta Semana, que se transmite el domingo 17 de noviembre a las 8.00 P.M. en el canal de Youtube de Confidencial, debido a la censura televisiva en Nicaragua, Murillo describe la incertidumbre que rodea a las elecciones de Costa Rica en febrero de 2026, en las que Chaves no puede reelegirse, por una prohibición constitucional, pero podría apoyar a un “delfín político” en torno a un partido que represente a su movimiento.


“La pregunta es cuánto puede incidir el factor Bukele, que ahora mismo parece muy presente, lo hemos visto comentando algunas palabras del presidente de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, Rodrigo Arias, o criticando a la expresidenta Laura Chinchilla, que son voces críticas del llamado modelo Bukele. Entonces, hay ya una incursión: en términos físicos, Bukele partió del país el día martes, en términos políticos, Bukele está aquí”, advierte Murillo. 


La huella de Nayib Bukele en Costa Rica


La visita del presidente Nayib Bukele ha generado bastante controversia en Costa Rica por el apoyo político que brindó al presidente Rodrigo Chaves, diciéndole a los costarricenses que deberían seguir el modelo Bukele y apoyar a Chaves, en consecuencia, en el sometimiento de todos los poderes del Estado al presidente. Pero al mismo tiempo es innegable la popularidad de Bukele en Costa Rica y la popularidad también del presidente Chaves. ¿Cuál es la huella que deja esta visita? 


Es una huella que para poder dimensionarla habrá que esperar en el tiempo. Lo que está claro es el paso que dieron, fue una comunión de discursos. No es raro ver en Costa Rica un apoyo fuerte a Bukele, como lo hay en otros países, considerando que él se ha convertido en una figura de influencia en la política latinoamericana, por las cosas que ha hecho en El Salvador y en conjunción con corrientes políticas internacionales han ido ganando espacios, incluido Costa Rica. 


En Costa Rica con todo y su apoyo alto al sistema democrático, a las instituciones fuertes, a la confianza en el derecho como una forma de resolver los problemas nacionales, hay un crecimiento de la población a posiciones autoritarias, a posiciones de mano dura, y sobre todo en este contexto de aumento de la criminalidad en Costa Rica. Hay un momentum específico en donde muchas personas dicen: “Sí, efectivamente, la mano suave, las políticas garantistas, la ley y el orden no han bastado para ello y hay que ir un paso más”. Y aparece la receta Bukele, porque es evidente que la realidad salvadoreña ha cambiado en los últimos cinco años, y mucha gente dice: “Bueno, tenemos que ir a eso, ellos lo lograron y tenemos que buscar un camino así”. 


Costa Rica lleva desde hace mucho tiempo discutiendo sobre si irse por el camino de la mano dura, llega una persona influyente en la política regional y calza directamente con este clima, pero también con una narrativa que ha venido construyendo el presidente Rodrigo Chaves de que este aumento del crimen organizado se puede colocar sobre las espaldas del Poder Judicial y la Asamblea Legislativa por las leyes suaves, dice él, y complacientes, o en algunos casos incluso cómplices de grupos organizados. Y él dice: “Tenemos una crisis de criminalidad, pero no es culpa de este Gobierno, sino del Poder Judicial y la Asamblea Legislativa”. 


Bukele aconsejó públicamente a Chaves sobre su política de mano dura contra las maras en El Salvador, trasladándolo al crimen organizado, y el narcotráfico en Costa Rica, y sobre el control carcelario. ¿Puede esto traducirse en algún impacto concreto, algún cambio en las políticas de seguridad de la última etapa del Gobierno de Chaves? 


No lo sabría. Lo cierto es que ya hay un clima, una disposición en esa dirección de parte de un sector amplio de la población, y que Bukele viene a reafirmar todo lo que Chaves ha dicho. La diferencia ahora es que Bukele lo dice: “Porque yo ya probé que funciona así, yo les hablo de lo que ya hice, de la experiencia”. Y él dijo: “Acepten un consejo de alguien que ya sufrió lo que ustedes todavía no han sufrido”. Y lo que hace es calzar directamente con las posiciones de Rodrigo Chaves de necesidad de un mayor poder centralizado, en manos del Poder Ejecutivo, en manos de de él, específicamente, y que otras instituciones dejen de estorbar, esa es la palabra que que ha utilizado, y lo dice en referencia a la Asamblea Legislativa, que aquí en Costa Rica está controlada por las bancadas opositoras y por una Corte Suprema de Justicia, en donde hay posiciones en defensa de la independencia de poderes, y que es un concepto que ha tendido a relativizarse, y que incluso atacó directamente Bukele en esta visita oficial. 


¿Qué puede pasar a partir de esto? Puede uno especular que algún sector de la población que tenía alguna duda sobre lo que Chaves decía, y que tenía simpatía por Bukele, entonces ahora esté más de acuerdo en un poder centralizado casi absoluto para luchar contra el crimen organizado. Pero eso es difícil de saberlo e incluso de medirlo. Lo cierto es que ahora se muestran Bukele y Chaves, abrazados, y ahora dicen ambos presidentes, con una alta popularidad en sus respectivos países, sobre todo Bukele, pero Chaves también considerable (que tenga más de 50% del apoyo popular en Costa Rica, no es usual a estas alturas del del cuatrienio) y se juntan en esta dirección.


Hay sobre todo una comunión retórica de posiciones, aunque la visita, si uno ve es poco lo que produjo en términos de algún proyecto conjunto o de alguna tarea específica que vayan a hacer coordinadamente. 


La ocurrencia de la Liga de Naciones


Anunciaron la creación de una Liga de Naciones para presentar sus propuestas sobre prosperidad y seguridad al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. ¿Esto sería para Costa Rica un cambio en su política exterior, que tiene una Alianza para el Desarrollo de la Democracia con Panamá y República Dominicana? ¿O es algo solamente retórico?


Habrá que ver si lo concretan. El presidente Chaves ha propuesto bastantes proyectos que al final no se concretan. La idea de un referendo nacional este año es una de ellas por múltiples problemas legales, de constitucionalidad, de viabilidad política. 


La política exterior, obviamente es potestad del Jefe de Estado, del Presidente de la República en El Salvador y en Costa Rica. Y si ellos quieren forjar una alianza o Liga de Naciones, habrá que ver con cuáles países y en qué términos, para influir en la comunidad internacional y aprovechando la oportunidad del nuevo Gobierno de Estados Unidos con Donald Trump, por cuyo triunfo están muy contentos en El Salvador, y algunos sectores aquí en Costa Rica, también están contentos, aunque partes del Poder Ejecutivo no tanto, porque las políticas proteccionistas pueden afectar mucho la economía de Costa Rica, que depende muchísimo de las exportaciones hacia hacia la potencia norteamericana.


Una idea de Liga de Naciones, porque fue lo que plantearon una ocurrencia o una idea, eso hay que plantearlo en el futuro. Costa Rica ya tiene una Alianza para el Desarrollo con otros países, en otra lógica, con el Gobierno actual (saliente) de Estados Unidos, le ha dado mucho impulso y se ha juntado más con Panamá que con otros países de Centroamérica. Y también llama la atención que ninguno de ellos ni siquiera mencionó de cerca el sistema de integración centroamericana. Esto es al margen de la institucionalidad centroamericana, de la estructura que ya existe y del proyecto de la Alianza para el Desarrollo que ha querido impulsar Estados Unidos con Costa Rica, Ecuador, Panamá y otros países. 


La ayuda humanitaria que ofreció y que de hecho envió Bukele a Costa Rica para asistir a los damnificados de las inundaciones, también ha sido motivo de controversia. El presidente Chaves dice que los diputados se opusieron a la ayuda y eso se lo dijo a los damnificados, pero los diputados dicen que ellos necesitaban aclarar un tema constitucional para permitir el ingreso de militares en labores humanitarias. ¿Cuál es el conflicto de fondo?


Costa Rica no deja de ser un país raro en eso. La carencia de un Ejército y una vocación pacifista, antimilitar e histórica tradicional que se le reconoce en muchos espacios, se plasma en un artículo de la Constitución Política que dice que para el ingreso de tropas extranjeras debe existir una aprobación legislativa. Y, ciertamente hay brigadistas militares salvadoreños que entraron a Costa Rica, cerca de 75, como parte de esta ayuda que anunció de manera aparentemente espontánea durante la conferencia de prensa el presidente Bukele, de cerca de 300 funcionarios que llegaron el propio martes. Ante eso, reaccionó la Asamblea Legislativa y dijeron que cómo entraron militares y no nos pidieron la autorización, la cual hubiéramos dado inmediatamente, decían ellos, pero Chaves no puede por cuenta propia decidir que entren militares más allá de que venga a repartir comida y auxiliar personas en momentos complicados como los que está viviendo buena parte del territorio costarricense


Dentro de este contexto, se ha querido utilizar también por parte del Ejecutivo para criticar a la Asamblea Legislativa y diciendo: “Ven que lo que hacen es estorbar. Yo solamente trato de solucionar cosas y ellos le ponen complicaciones a todo o lo hacen solamente por afectar al Gobierno”. Y lo último que sabemos es que incluso un diputado de la oposición presentó un recurso de amparo ante la Sala Constitucional y ya reaccionó también la ministra de la Presidencia. Es la discusión que ha quedado después de la salida de Bukele el día martes y llevamos tres días ya discutiendo sobre eso. 


Elecciones en 2026 en Costa Rica: ¿Hay un “delfín”?


Vamos al tema de fondo: El presidente Chaves alega, permanentemente, que tiene las manos atadas para gobernar en este conflicto con la Asamblea Legislativa, con la Contraloría, con la Corte Suprema. ¿Cómo se proyecta la salida a esta crisis política? ¿Se puede resolver esto antes del final del Gobierno de Chaves o se va a resolver en las elecciones de 2026? Chaves no puede ser candidato a la reelección, pero ¿puede apoyar a un sucesor político que busque la Presidencia y lograr la mayoría parlamentaria en esa elección? ¿Puede lograrlo con la popularidad que tiene?


Sí, Rodrigo Chaves tiene un alto apoyo de un sector, un poquito más de la mitad de la población, pero no hay un partido que lo represente específicamente. Hay sectores que están esperando para ver hacia donde él apunta o a quién dice él que deben apoyar, para hacerlo. Esto en la lógica de la ciencia política, según algunos analistas, no es tan fácil trasladar el poder a una persona específica. Lo que sí es cierto es que hay una oportunidad de algunos sectores y entre ellos incluso un partido en donde han participado como parte de su estructura familiares cercanos, de Nayib Bukele, que viven acá en Costa Rica, que son también costarricenses y la suspicacia que hay o el temor, quizás, de algunos sectores, es que Bukele vaya a querer participar de una manera activa en las elecciones de Costa Rica en febrero de 2026, pero que en realidad dentro de un año ya vamos a estar en la campaña electoral de manera oficial. Está esa inquietud, de hasta dónde puede la presencia de Bukele mover las agujas electorales para el próximo periodo de 2026, que de por sí se viene complicado porque ciertamente los partidos tradicionales están debilitados y Rodrigo Chaves ha sabido identificar eso y ha querido hacer leña del árbol caído durante su Gobierno. Hay una incertidumbre alta.


¿Lo que estás diciendo es que este encuentro que vimos la semana pasada entre Bukele y Chaves podría transformarse en una especie de eje político, por lo menos para Costa Rica, no sé si para Centroamérica?


Podría ser, porque, además incluso lo dijo el presidente Bukele durante el brindis en la cena de gala en el Teatro Nacional. Dijo: “Aquí no están esos poderes que están amarrando de pies y manos a Chaves, pero están algunos que pueden influir sobre las elecciones de 2026 para que se tomen decisiones que acomoden el cuadro de poder en Costa Rica para que haya un poder centralizado en la figura de la Presidencia”.


La Constitución prohíbe la reelección inmediata y a diferencia de otros países centroamericanos, no se puede saltar tan fácilmente y nadie ve un escenario de Rodrigo Chaves, queriendo reelegirse o perpetuarse a partir de 2026. Habrá elecciones. La pregunta es cómo, hacia dónde y cuánto puede incidir el factor Bukele, que ahora mismo parece muy presente y lo hemos visto con las redes sociales, el presidente Bukele comentando de manera crítica algunas palabras del propio presidente de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, Rodrigo Arias, o criticando a la expresidenta Laura Chinchilla, que son voces críticas a este llamado modelo Bukele Y entonces hay ya una incursión, en términos físicos, pues Bukele partió del país el día martes, en términos políticos, Bukele está aquí. 


¿Tiene hoy Chaves en su partido o en otros sectores un “delfín político” para continuar ese proyecto? 


Ahora mismo no lo tiene. Ha habido rumores de cuál sería el elegido. Algunos incluso apuntaban al ministro de Obras Públicas y Transportes, a quien el propio Chaves destituyó hace unos meses, por un aparente caso de corrupción. En algún momento se dijo que podía ser la ministra de la Presidencia, Laura Fernández. Ahora se menciona también a una persona que es cercana a la familia Bukele acá en Costa Rica. Pero estos son rumores porque no hay nada concreto, no hay un “delfín” del chavismo. Hay partidos que se disputan esta representación que ya están inscritos y otros que quizás estén por inscribirse y que van a querer levantar la bandera del chavismo, considerando que es el movimiento político mayoritario en Costa Rica.

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