En el estado de México hay más de 600 comités independientes de agua, operados por vecinos-administradores de pozos, además de manantiales operados por pobladores, quienes enfrentan graves problemas económicos y operativos para prestar el servicio de dotación de agua potable, lo que ha provocado que se lucre y se convierta en un negocio; advirtió el diputado local, Camilo Murillo Zavala.
Sostuvo que la mayoría de los comités autónomos de agua potable que existen en el estado operan con "números rojos", situación que ocasiona la mala calidad del servicio que ofrecen, por su volumen y potabilidad y eficiencia que derivan en conflictos entre los integrantes y pobladores.
Consideró que ante esta problemática es urgente el establecimiento de estrategias de cooperación entre los comités y las autoridades para la salvaguarda del recurso hídrico.
Explicó que en las zonas periféricas de municipios mexiquenses, la distribución del agua potable se realiza por comités autónomos que funcionan a través de mecanismos informales y en todos los casos existe una conflictividad entre los ayuntamientos y los comités por la falta de reconocimiento y desconfianza.
Agregó que en el medio rural la falta de atención municipal consecuentemente ha derivado en la conformación de los comités autónomos de agua potable, los cuales gestionan directamente el abastecimiento en varios municipios, o que sea la propia comunidad quien autoadministre los rudimentarios sistemas rurales hídricos.
El legislador por Ecatepec Camilo Murillo, reconoció que en décadas anteriores hubo mayor apoyo, control y registro sobre el funcionamiento de los mismos, práctica que fue abandonada cuando las decisiones políticas tuvieron mayor peso sobre los de la racionalidad técnica en la administración del agua en el estado.
“El abandono de los organismos los obliga a enfrentar una gran problemática, que es la falta de fondos, si se presentan fracturas en la tubería, a veces falla o se descompone la bomba, no hay recursos para repararla y todo eso es ocasionado por la falta de fondos que no tienen porque no cobran adecuadamente el agua, además que tampoco han buscado que hay muchas tomas clandestinas, lo que sugiere que hay lucro en la distribución del agua como negocio”, dijo.
Afirmó que los comités autónomos que administran el agua o que operan con la figura de cooperativas cuentan con concesiones históricas para el manejo, el control y la explotación de pozos, pero por la falta de recursos el servicio repercute en un deficiente servicio a la población.
Destacó que en contraste, también existen algunos que operan como privados fundamentalmente en fraccionamientos residenciales donde existe un club de golf, donde los desarrolladores compran en bloque el agua potable a los organismos descentralizados y ellos se hacen responsables de la distribución y comercialización del líquido.
Recordó que con la Ley de Aguas de 1992, las comunidades, los ejidos, las sociedades, e incluso los individuos pueden obtener derechos de agua en tanto sean personas físicas o morales; es decir, mientras tengan una personalidad jurídica y patrimonio propio.
Refirió que en esta ley se reconocen dos formas para obtener derechos de agua para uso doméstico y urbano: la concesión y la asignación, la primera para personas físicas y morales, y la segunda para dependencias y organismos descentralizados de la administración pública federal, estatal o municipal, finalizó.
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