La economía de algunos municipios del Estado de México, principalmente los que comparten frontera con Guerrero, está gravemente lastimada porque, además de las condiciones sociales de la región, sus habitantes están sujetos a pagar los “impuestos” del cártel de la Familia Michoacana.
De acuerdo con testimonios recabados por este semanario, el sistema impuesto por el grupo criminal obliga a los comerciantes a abastecerse con los productos del cártel y a vender su droga. En esta región mexiquense el control sobre sus habitantes llega al grado de que para organizar una boda u otra celebración “tienes que pedirle permiso al señor y pagar una cuota”. Es un cáncer que crece porque ninguna autoridad lo ha evitado.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Bajo la mirada complaciente del Ejército, Marina y Guardia Nacional, La Familia Michoacana, al mando de los hermanos Hurtado Olascoaga, con José Alfredo, La Fresa, al frente, se fue apoderando del Estado de México hasta controlar no sólo la economía ilegal relacionada con el narcot ráfico, sino también la del comercio formal y sistemas de producción.
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El cártel eliminó la libre competencia, fija precios, controla el mercado y establece cuotas. Además, obliga a productores y comerciantes a delinquir; se muere el que se opone o denuncia… pese a ello hay quien se atreve.
En el campo cobran a los productores un peso el metro de riego e imponen sobreprecios al kilo de tortilla, pollo, huevo, pan, herramientas y a los materiales y a fruticultores.
“¿Quién quiere construir si le dicen que el material de construcción tiene un sobreprecio de 12 por ciento? ¡Estos señores están haciendo actividades de intermediación comercial de manera ilegal, con ganancias estratosféricas!”, reconoció el fiscal del Estado de México, José Luis Cervantes Martínez, en una entrevista difundida por la propia dependencia a medios locales.
Ente los sectores industriales y comerciales afectados, consultados por Proceso, se calcula que 35 municipios se encuentran bajo el yugo de La Familia Michoacana, nueve en Guerrero: Arcelia, Tlapehuala, Tlalchapa, San Miguel Totolapan, Pilcaya, Taxco, Tetipac, Petatlán y Zihuatanejo, y 26 en el Estado de México, con una extensión territorial cercana a los 25 mil kilómetros cuadrados, entre los que se encuentran Luvianos, Santo Tomás, Zacazonapan, Otzoloapan, Tejupilco, Amatepec, Tlatlaya, Temascaltepec, Sultepec, Texcaltitlán, San Simón, Coatepec de Harinas, Ixtapan de la Sal, Ocuilan, Zacualpan, Tonatico, Tenancingo, Villa Guerrero, Malinalco, Zumpahuacán y Almoloya de Alquisiras.
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